Lucía es la
madre de mi señora. Si, mi suegra, pero perdonar si os cuento un pequeño
secreto, esta palabra no me gusta para nada.
Pues bien,
llegan las añoradas vacaciones, por fin!!! Una vez más nos dirigimos a mi
segunda patria chica, Mojácar, en Almería, dónde admito que he pasado una de
las etapas más bonitas y felices de mi vida.
Mi señora, le
cuenta a su madre que hacemos tartas, y la pobre señora, que es ya muy mayor,
tampoco es que se haga mucha idea de cómo son, así que para muestra un botón.
Ella es una señora que ha luchado mucho y duro en la vida, y recientemente ha
sufrido la perdida de uno de sus hijos.
Lucía, es una
persona llana, que tiene un corazón de oro, de pueblo, humilde y simpática, y a
la que siempre le gusta verse rodeada de sus seres queridos. Y que en muchas
ocasiones, siendo yo un inmigrado, sin familia en la zona, me hizo sentir como
en casa.
Bueno, pues
además de poder regalarle a una señora mayor lo típico (perfumes, algo para el
hogar, flores, dulces……, etc), quería hacerle una tarta, que primero me
aguantara el viaje, que aproximadamente son unas 5 horas, por lo que la
decoración no podría ser demasiado elaborada, puesto que no sabíamos cómo
llegaría, y por otra parte tendría que
ser algo vistosa, por lo menos que fuera agradable de ver y despertara un poco
la curiosidad por probarla.
En cuanto al
bizcocho, lo tenía claro, chocolate, y en cremas, nos decidimos por ganaché de
chocolate negro, swiss M. buttercream de leche condensada, y otro S.M.B. de
nutella, sabíamos que el éxito iba a estar garantizado con esta combinación,
así que en esta ocasión no queríamos arriesgarnos a llegar allí y ver que a
pesar de ser una buena combinación de sabores, no gustara.
Por otra
parte, me decidí a emplear glasa real teñida de colores, con la que siempre soy
reticente, ya que cada vez que la empleo, no sé por qué me sale una cantidad
exagerada. Ya para la próxima vez, lo tengo claro, con una clara de huevo, me
basta y me sobra, pero ¡¡no desperdicio tanto!!
Además quería
probar a hacer alguna decoración con glasa que vi en Internet, y que era algo
así como efecto bordado (brush embroidery ), y como la ocasión requería algo
que por una parte no fuera recargado y por otra quedara vistoso, vi una oportunidad
de oro para intentar hacer algo distinto y que quedara bonito. La verdad, no lo
vi difícil y el efecto quedó muy bien, al menos a nosotros nos gustó. Está
técnica la empleé en los laterales de la tarta.
El éxito fue total, los trozos de tarta
fueron más que generosos y quién probó no dejo nada en el plato. Y Lucía
incluso repitió!!!!!, menos mal que no padece de azúcar!!!!
Ahora os toca a vosotros, que me
seguís, juzgar si quedó apetitosa y al menos con aspecto agradable, es más si
queréis dejar comentarios, os lo agradecería. Aunque sé que muchos me habéis
comentado que habéis intentado escribir comentarios y el blog no os ha dejado.
Siento no saber el por qué, ya que he tenido que aprender a golpe de errores
para poder manejar hasta donde veis, este mi humilde blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Vuestros comentarios alimentan mi blog.